El baño es una de las primeras actividades que se ve afectada cuando una persona empieza a tener problemas de dependencia, y puede llegar a exigir un esfuerzo excesivo que suponga un desgaste físico y psíquico para el cuidador. Requiere paciencia, flexibilidad, amabilidad, creatividad y conocimiento de la persona a la que se cuida. Hay que tener en cuenta que se trata de un acto que la persona siempre ha realizado en la intimidad, y le puede resultar muy violento el hecho de tener que ser ayudado por otra persona para realizarlo.