Una alucinación es la percepción de algo que no existe. La persona puede ver, oír, oler o tener sensaciones táctiles de cosas irreales.
Consejos:
- No alarmarse ante las alucinaciones; reaccionar con calma y aplomo y no poner nervioso al paciente.
- No combatir la alucinación ni convertirla en tema de discusión. Evitar convencerle de que no percibe hechos reales. Para él su percepción es totalmente real. Insistir en la irrealidad de la alucinación provoca irritación y ocasionalmente agresividad.
- No decir que se está de acuerdo con la falsa percepción del paciente. Es mejor no contestar o dar respuestas neutras, sin comprometerse.
- La mejor actitud – si es posible – es distraerle para que olvide la alucinación. Se le puede llevar a otra habitación o a la cocina con la excusa de hacer algo (buscar algún objeto, preparar una naranjada, o un vaso de leche).
- El contacto físico – a no ser que sea interpretado como un acto dominante – puede tener un papel tranquilizador.